Marcelo Bianchi Bustos
La cultura, origen y elemento
fundamental que se encuentra vinculada con los cambios sociales, económicos y políticos, ha creado en los
últimos años un tipo especial de libro que ha sido denominado libro álbum. La aparición de este nuevo
tipo de libro en el mercado editorial, en las bibliotecas y librerías es un
significativo aporte a la literatura universal que trae consigo un cambio significativo
en lo referente a la relación entre texto e imagen. Cualquier lector puede
recordar que a lo largo de su historia lectora – y en especial cuando fue niño
– el contacto con los libros con imágenes era algo que resultaba sumamente
atractivo. Los dibujos era lo que llamaba la atención de cada uno de los
lectores y a medida que iban creciendo éstas desaparecían para dejarle paso a
las palabras. De esa forma se separaba a los libros, a partir de la presencia o
ausencia de dibujos, en dos grandes grupos, los dirigidos a niños con la
presencia de las imágenes y los destinados a los adultos que poseían sólo
palabras.
Este “nuevo formato” textual, el
libro álbum, es una nueva corriente que interrelaciona ambos aspectos, con una
presencia muy desarrollada de la función de anclaje[1]
portulada por Roland Barthes.
Como se dijo, se trata de un libro
con una propuesta literaria, estética y pedagógica distinta en el que se
encuentran articulados el texto y la imagen. Como señalan Cecilia Bajour y
Marcela Carranza (2006): “Cuando tenemos un libro álbum en nuestras manos nos
vemos sorprendidos por la presencia notable de la ilustración. Contrapunto de
imagen y palabra, donde la imagen narra lo no dicho por la palabra, o la
palabra dice lo dejado a un lado por la imagen. Un libro álbum no se entendería
sin sus ilustraciones, así como la ilustración sin el texto perdería también su
sentido. En un libro álbum la imagen supera el lugar de mero adorno o compañía
del texto; la imagen es narrativa, portadora de la historia en sí misma y en
diálogo con la palabra. Ilustración, texto, diseño y edición se conjugan en una
unidad estética y de sentido. Nada es dejado de lado, el libro es un objeto
artístico cuidadosamente elaborado en todos sus elementos”. Reiterando, no se trata
de un simple libro con dibujos sino que en ellos existe una relación de
complementariedad entre dos códigos distintos, la palabra y la imagen, que
forman una elación tal que es imposible entenderse una sin la otra. Por ese uso de la imagen en relación con las
palabras es, tal como lo afirma Colomer (1996), de especial importancia para el
trabajo con los niños.
Señalan también Bajour y Carranza que
“El diálogo entre dos códigos simultáneos (imagen y texto) para la producción
del sentido, originado quizás en la necesidad de acceder a un lector recién
iniciado en el manejo del código escrito, ha llevado a este tipo de libros
hacia terrenos de experimentación innovadores en el campo de la literatura
infantil. Paradójicamente, los libros para "más pequeños" resultan
los más transgresores y desafiantes frente a reglas literarias y estéticas”.
Son libros para leer, para mirar, para jugar y tocar una y otra vez.
Leer este tipo de libros es de
fundamental importancia pues, desde la perspectiva de D. Goldin (1998, en cita
de Bianchi Bustos, 2010):
§
Revalorizan tanto el lenguaje gráfico como el escrito (el
tradicional, el de las palabras), el cual es resignificado pues las palabras
dirán más de lo que se dice convencionalmente al estar ayudadas por la imagen,
por los dibujos.
§
Despiertan el amor por el libro como un objeto en sí y el
placer por poseer algo plagado de belleza, tanto al nivel de la imagen como de
la palabra. Muchos libros álbumes, es especial los más costosos, son verdaderas
obras de arte en las que las cuestiones paratextuales cobran una gran
importancia, siendo piezas de arte dignas de estar en cualquier museo.
§
Una cosa que llama la atención cuando se lee o se trabaja con
libros álbumes es que muchas veces éstos se internan en campos de experimentación
innovadores, distantes de los estereotipos socialmente establecidos (ya sea a
nivel de las historias que se trabajan por ejemplo a través de determinadas
corrientes literarias como la queer o por las ilustraciones que presentan), y
establecen nítidas conexiones con la plástica, el cine, la historieta, los
dibujos animados, los videojuegos y la publicidad.
§
Se ha decidido considerar a los libros-álbum como una
categoría diferenciada de las demás debido a la presencia de esos dos códigos
que ayuda a los primeros lectores a animarse con la lectura y a los docentes a
leer textos que poseen imágenes muy bien pensadas que pueden ser trabajadas con
los alumnos.
§
La belleza de los mismos es tal que puede ser disfrutada en
todos los niveles del sistema educativo y estar presentes en la vida de cada
lector.
Más allá de estas cuestiones que
sirven para caracterizarlo, cuando se piensa en el libro álbum en la escuela
puede surgir la pregunta ¿cómo lo trabajo en el aula? ¿qué actividades se
pueden hacer vinculadas con él? La actividad fundamental que se debe realizar
tienen que ver con e trabajo con la imagen. Enseñar a mirar, a descubrir qué
sentido tiene la imagen es un hecho central para alfabetizar realmente a los
alumnos, el desafío de comprender que las mismas son portadoras de significado
debe estar presente en el día a día escolar. La percepción de las imágenes que
aparece en los libros álbumes puede estar en
estrecha relación con la experiencia previa a cerca de los objetos
representados, las fantasías y frustraciones que se canalizan a través de la
captación del mensaje, la identificación que se realiza entre los personajes,
clase social, ambiente a través del mensaje anunciado con sujetos que, la
mayoría de las veces, no pertenecen al mismo nivel socio-económico
representado.
Trabajar en el aula con el libro
álbum puede ayudar a revertir la famosa frase “los chicos no leen” pues al
brindarles – independientemente de la edad – un libro atractivo, leerán y no
sólo palabras sino también “dibujos”, ilustraciones que se complementan con el
texto y que a veces – hay que resignarse – dicen más que las palabras.
Es necesario considerar que las relaciones entre texto e imagen son rara
vez abordadas en las clases en términos de complementariedad y que cuando se
aborda a esta última sólo se lo hace en las horas de Educación artística. Es
injusto pensar que la imagen no tiene lugar cuando se trabaja con la literatura
pues excluye el lenguaje verbal pues para hablar de la imagen se necesitan
palabras, para hacer comentarios sobre ella, para ayudar a los demás a
comprenderla. Se busca ponerle palabras a las imágenes. El acto de
mirar/leer lleva a igualar la palabra a la imagen pues ambas son necesarias
para conocer las cosas: ya sean éstas reales o imaginarias. Las imágenes se
erigen como interlocutoras activas de los conceptos expresados por las
palabras.
Al momento del aprendizaje
de la lectura, la imagen puede resultar redundante para ayudar a confirmar o no
las hipótesis de lectura. Pero luego, la imagen ayuda a leer el doble sentido
de un texto, puede esclarecer el texto, ilustrar el sentido, apoyándose en una
cultura mediante la imitación o remitiendo a otras obras. Ya Comenius en el
siglo XVII hizo referencia a la importancia de la imagen para captar a los
estudiantes en su obra Orbis sensualium
pictu. Entonces ¿Por qué no usarla en el siglo XXI?
Un listado de algunos libros álbumes para disfrutar y
trabajar en el aula
En el momento de considerar la
adquisición o el trabajo con el libro álbum, hay algunas preguntas que pueden
ser de especial importancia, como por ejemplo: ¿La ilustración forma parte de
la historia? ¿Cómo se complementan texto e imagen? ¿Qué técnica se ha escogido:
grabado, collage, pintura, pluma, lápiz, fotografía, etc.? ¿Parece apropiada
para este libro? ¿Parece una elección apropiada para ilustrar este libro? ¿Qué
tamaño, formato, fondo, tipo de letra, etc., se ha escogido? ¿Parece apropiado
para el tema, tono y legibilidad del libro? ¿Qué tienen de especial los
elementos compositivos: línea, espacio, uso del color, perspectiva, etc.? ¿Cómo
colaboran en el significado del libro? ¿Aporta novedades? ¿Qué tipo de
respuesta propicia en el lector?
Si bien día a día el listado de
libros álbumes aumenta, se enumeran a continuación algunos títulos que se consideran
especialmente valiosos por el nivel de las historias y de las imágenes:
§
Cosita linda, Cambios, Las
pinturas de Willy,
Voces en el parque, Ricitos de oro, Willy el soñado, Willy
el tímido, Willy y Hugo, Willy el mago de Anthony Browne (Fondo de Cultura
Económica),
§
Cosas
de familia, El globo,
Intercambio cultural, Vida de perros de Isol (Fondo de Cultura Económica),
§
Fefa es así
de María Teresa Andruetto e Istvanch (Alfaguara),
§
Cándido de
Olivier Douzou (El Hacedor-Ediciones del Cronopio Azul),
§
Del Topito Birolo y de todo lo que
pudo haberle caído en la cabeza de Werner Holzwarth y Wolf
Erlbruch (Centro Editor de América Latina),
§
El higo más dulce
de Chris Van Allsburg. (Fondo de Cultura Económica),
§
El pájaro del alma
de Mijal Snunit y Francisco Nava Bouchaín (Fondo de Cultura Económica),
§
El punto de Peter
Reynolds. (Ediciones Serres),
§
Olivia y Olivia salva el circo de Ian Falconer (Fondo de
Cultura Económica),
§
Venancio vuela bajito
de Graciela Montes y Gustavo Roldán (A-Z Editora),
§
Zoom de Banyai
e Istvan (Fondo de Cultura Económica)
§
Irulana y el ogronte (un cuento de
mucho miedo) de Graciela Montes y Claudia Legnazzi (Gramón- Colihue),
§
La hormiga que canta
de Laura Devetach y Juan Lima (Ediciones del Eclipse) y
A modo de cierre
El acercamiento a los niños
y jóvenes con este nuevo material significa también un desafío para los
maestros y profesores quienes tendrán que abrirse a nuevas opciones de trabajo
y evaluación de la lectura. Es importante pensar una y otra vez que no sólo se
leen las letras sino también la imagen y que ese hecho no puede estar ausente
de las aulas pues un ciudadano de siglo XXI no sólo debe estar habilitado para
ser un lector de palabras competente sino también de imágenes.
Extraído de http://educatecnolo.blogspot.com.ar/2008/11/las-mquinas-pueden-hacer-ms.html |
Referencias bibliográficas
BAJOUR, CECILIA Y CARRANZA, MARCELA (2006) “El
libro álbum, una deuda en la literatura infantil argentina”, disponible en
www.ellibro.com.ar/32feria/educativas/html/PDFs/4-006 Bajour_etAl.pdf
BIANCHI BUSTOS, MARCELO (2010) La
literatura en la escuela. Reflexiones didácticas, Buenos Aires, Dunken.
COLOMER, TERESA (1996) “El álbum y el texto” en: Peonza, N° 39.
[1] Debe
entenderse como la articulación entre imagen y palabra: las imágenes pueden ser
polisémicas y el hecho de que estén acompañadas de palabras hace que las mismas
sean comprendidas en un solo sentido.
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