Lic. Adriana García
Licenciada en Ciencias
de la Educación y Profesora para la Enseñanza Primaria. Ex Inspectora Titular de
Educación Primaria Básica del Distrito La Matanza, Provincia de Buenos Aires. Actualmente se desempeña como capacitadora de los Equipos Técnicos Regionales.
Para
facilitar y asegurar la apropiación de los saberes y competencias, se debe
pensar en la construcción de nuevos modos de gestión institucional que permitan
el desarrollo de propuestas vinculadas con el desenvolvimiento de situaciones
de enseñanza y aprendizaje participativas, que involucren a los alumnos en la
elaboración de proyectos y la toma de decisiones con relación a los mismos.
Si
la escuela tiene como misión la distribución social y crítica del conocimiento
seleccionado por la sociedad, es entonces prioritario que éste sea adquirido y
construido por los alumnos dentro de un marco de participación democrática.
Cuando se
piensa en la “calidad de la educación”, debería también pensarse en la calidad
del vínculo que establece la escuela con los adolescentes que a ella concurren,
definiéndolos como “producto de una época, de su pasado y presente psicológicos
y de su ambiente físico.” [1]
En el informe de Jackes Delores (UNESCO), se explicitan cuatro pilares
fundamentales de la educación: aprender
a ser, aprender a hacer, aprender a conocer, aprender a convivir”.
En este sentido, la escuela, debe brindar a los alumnos una
interacción basada en la reciprocidad, la apertura y el compromiso,
favoreciendo la construcción de su identidad y de su proyecto de vida.
Cuando
el adolescente aprende a ser, aprende
también, a comprender y aceptar a los demás.